La Comisión Europea establece un marco normativo para la producción y comercialización de vinos sin alcohol o parcialmente desalcoholizados. Se busca mantener la calidad y características del vino, evitando alteraciones significativas en su sabor o dulzura. Se establecen condiciones para etiquetar un vino como "parcialmente desalcoholizado" y se prohíbe la desalcoholización de vinos espumosos. Los productores de vinos con DOP e IGP deben considerar y prever la producción de vinos parcialmente desalcoholizados en sus reglamentos de producción.