La Ribeira Sacra vende su vino a precio francés pero no es rentable, sus costes de producción son altos y su rendimiento económico por hectárea es inferior al de otras denominaciones de origen gallegas. A pesar de ello, los viticultores siguen comprometidos con la tradición vitivinícola. La región se debate entre sus retos económicos y su firme compromiso con la calidad y la tradición vitivinícola.