Marta Cortizas, campeona nacional de sumilleres, transforma el vino en una experiencia artística que va más allá de la botella. Su trayectoria, desde el arte hasta la sumillería, demuestra que el vino es un lenguaje que habla de emociones y paisajes. En El Celler de Can Roca, comparte su pasión por los aromas y sabores, convirtiendo cada cata en una obra maestra. Con una mirada hacia el futuro, aspira a llevar su arte a competiciones internacionales. Si el vino puede ser arte, ¿qué más se puede pedir?