Alberto Ruffoni se convierte en el primer Spanish Wine Master, ganando un premio en metálico y la oportunidad de elaborar su propio vino en la Bodega de Ramón Bilbao. Compitiendo contra otros diez finalistas, Ruffoni demostró su vasto conocimiento y habilidades excepcionales en la cata de vinos españoles. La competición también reconoció a Fernando Mayoral y Peter Arijs en segundo y tercer lugar, respectivamente.