La producción de vino en España ha crecido un 9,7%, pero el consumo interno se ha estancado, lo que suena como una fiesta donde nadie quiere bailar. Aunque las exportaciones han caído en volumen, su valor ha subido, lo que es como vender menos, pero a un precio más alto, ¡bravo! Las importaciones de vino a granel han aumentado, lo que podría ser una señal de que estamos buscando más vino para mezclar en casa. En resumen, la producción va viento en popa, pero el consumidor parece estar en modo "mejor lo dejo para mañana".