Hace treinta años se empezó a vinificar la variedad de uva blanca, giró ros, en Mallorca. Esta variedad, que solía ser consumida como uva de mesa, ha ganado adeptos en todas las bodegas de la isla debido a su potencialidad. Los vinos de giró ros tienen un color amarillo elevado, son muy aromáticos y tienen una buena estructura, siendo adecuados para largas crianzas en roble francés. Además, aguantan muy bien el envejecimiento.