La producción mundial de vino se ve afectada por la crisis climática, con reducciones drásticas en regiones clave como Italia, Francia, Argentina y Chile. España destaca por su resiliencia, manteniendo una producción estable gracias a técnicas avanzadas y prácticas sostenibles. El enoturismo impulsa el consumo interno de vino en España, siendo clave para el desarrollo económico de las regiones vitivinícolas. Las bodegas españolas lideran la innovación y sostenibilidad, adoptando prácticas como la agricultura ecológica y tecnologías avanzadas para mejorar la calidad y rentabilidad a largo plazo.