Los jóvenes son acusados de no beber vino, pero la industria del volumen es la que realmente está en peligro. Beber vino no es solo un consumo, es un ejercicio lúdico, ideológico, consciente, social e intelectual. Los jóvenes que se interesen por el vino comenzarán con botellas de 10 o 15 euros y, con el tiempo, podrían llegar a disfrutar de vinos más exclusivos. La industria del volumen está destinada a desaparecer, pero los jóvenes no son los culpables.