
Una investigación en los viñedos de Bodegas Ochoa revela que la vegetación natural y seminatural es clave para controlar plagas. Las aves, esos pequeños depredadores alados, son los héroes que mantienen a raya a las orugas que amenazan la uva. Los olivares, lejos de ser solo un acompañante, demuestran ser aliados en esta lucha ecológica. Este estudio no solo es un triunfo para la biodiversidad, sino también para la calidad del vino. ¡La naturaleza sabe cómo hacer su trabajo mejor que muchos pesticidas!