El precio de un vino puede ser demasiado caro para el comprador civil y demasiado barato para el experto. Algunas bodegas están lanzando referencias más caras para captar la atención de los bebedores más prejuiciosos. El consumo de vino es el que más aumenta, el que más dinero se gasta y el más militante. Manejadlos con cuidado.