Galicia destaca por su producción de vinos blancos de alta calidad, con frescura, equilibrio y un distintivo aroma y sabor afrutado. Un estudio revela el potencial aromático de 24 variedades autóctonas, algunas al borde de la desaparición. El cambio climático y la globalización del mercado vinícola son desafíos que la viticultura gallega afronta con determinación.