Un nuevo método basado en la olfatometría permite detectar tempranamente la presencia de bacterias acéticas en el vino, evitando aromas desagradables y el avinagrado. Desarrollado por Alejandro Parra Manzanares, este enfoque no patentado ofrece una solución eficaz y asequible para bodegas y productores. Controlar estas bacterias es crucial para mantener la calidad del vino y evitar problemas durante su conservación. ¡No dejes que el picado acético arruine tu experiencia vinícola!