Los viticultores de Tacoronte-Acentejo reciben un impulso económico para enfrentar las pérdidas por sequía, asegurando la continuidad de sus viñedos. Con casi un millón de euros en ayudas, los agricultores pueden mantener su actividad en esta región emblemática de Tenerife. La sequía ha golpeado duro, pero las instituciones están aquí para evitar que el vino se convierta en un recuerdo. Tacoronte-Acentejo no solo es un lugar, es una tradición que merece ser preservada. ¡El futuro del vino canario está en juego y tú puedes ser parte de esta historia!