
La cosecha de Amandi este año ha sido la más cálida de la historia, lo que ha traído consigo un desafío para los viticultores. Las temperaturas han subido un 5% y la falta de lluvias ha complicado la producción. A pesar de las adversidades, los vinos de esta región gallega siguen prometiendo calidad y maduración. La adaptación a estos cambios climáticos es crucial para mantener la excelencia de los vinos. ¡No te pierdas cómo el calor extremo está transformando la viticultura en Ribeira Sacra!